Huella
ecológica.
Se
estima que alrededor de una cuarta parte de la superficie del planeta es
biológicamente productiva, lo que es equivalente 13 mil 400 millones de
hectáreas, tomando en cuenta tanto superficie terrestre como superficie marina.
Del total de esta superficie, un 90% está destinada al consumo humano, dejando
en 10% restante a los seres vivos restantes.
Para
satisfacer las necesidades de la población mundial es necesario utilizar 1.8
hectáreas por persona, sin embargo, en la actualidad estamos utilizando 2.7
hectáreas por persona, rebasando así la capacidad que tiene el planeta para
remplazar lo que consumimos y desechamos.
A
mediados de la década pasada se estimaba que, en los primeros meses de un año,
consumíamos y desechábamos lo que el planeta podía generar en un año. Ahora
consumimos el equivalente a 1.5 planeta. Esto significa que para que la Tierra
genere lo que consumimos en un año deben pasar aproximadamente 18 meses. Estas
cifras se ven modificadas por el acelerado aumento de la población mundial y de
su esperanza de vida.
De
1968 a 2008, la población en el mundo alcanzó la cifra de 7 mil millones, y en
nueve años la cifra aumentó mil millones. Este aumento en la población se puede
traducir en una mayor demanda y consumo de los recursos naturales.
La
siguiente gráfica muestra a los países con mayor huella ecológica, basándose en
la cantidad de hectáreas que se necesita consumir por persona.
Tomado de: https://amponsem.wordpress.com/2016/07/28/ecological-footprint/ |
Si
bien, la cantidad de personas que habitan un país es un factor importante para
el aumento de la huella ecológica, no necesariamente los países más poblados
son quienes tienen una huella ecológica alta. China, por ejemplo, en el año
2008 tenía una población de 358 millones de habitantes y una huella de 2.1.
Así,
la variación de la huella ecológica no solamente depende del número de
habitantes en un determinado país, sino que también es un factor determinante
la superficie que cada nación tiene disponible para absorber sus desechos y sus
niveles de consumo.
México
es uno de los países con mayor huella ecológica; del año 1961 al año 2005 ésta
aumento cinco veces, pasando de 1.9 a 3.4 hectáreas. Este crecimiento también
se ha podido apreciar en años recientes; sólo en siete años se pasó de 2.5 a
3.3 hectáreas. Son la quema de combustibles fósiles, la ganadería y la
agricultura las actividades con mayor influencia en este fenómeno.
El
aumento de la producción y el consumo, así como sus consecuencias han ido
aumentando con el paso de los años, y en la actualidad es considerado una de
las mayores problemáticas en el mundo; pero, aunque es necesario tomar
conciencia de manera individual, no es posible progresar de forma correcta con
empresas y gobiernos que no ven la importancia de reducir nuestro impacto en el
mundo.
Daños
a la salud ocasionados por la contaminación atmosférica.
Limpiar
el aire que respiramos impide el desarrollo de enfermedades no transmisibles y
reduce los riesgos de enfermedad en mujeres y en los grupos más vulnerables,
donde se pueden incluir a los niños. Las familias con menos recursos económicos
son las que más sufren por este tipo de enfermedades, sobre todo los niños y
sus madres, ya que son ellos y ellas quienes pasan un mayor periodo de tiempo
inhalando el humo que surge por cocinar con leña y carbón.
Los
siguientes cuadros muestran porcentajes de muertes ocasionadas por enfermedades
específicas, vinculadas a la contaminación atmosférica.
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